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lunes, 4 de junio de 2012

James Cook y el tránsito de Venus

Los primeros registros de observaciones del tránsito de Venus fueron realizados por el astrónomo inglés Jeremiah Horrocks el 4 de diciembre de 1639. Horrocks pudo constatar que los tránsitos ocurrían de dos en dos separados por pocos años y que estos grupos de dos tránsitos estaban separados entre sí por algo más de un siglo.
A finales del siglo XVII, el astrónomo inglés Edmund Halley desarrolló un método para poder medir la distancia al Sol utilizando para ello mediciones precisas del tiempo que tardaba Venus en atravesar el disco solar y realizadas desde varios puntos de la superficie terrestre suficientemente separados.
James Cook
El tránsito de Venus más célebre fue el del 3 de junio de 1761 y pudo ser observado desde distintos puntos del planeta.  Una de dichas observaciones fue realizada por el entonces Teniente James Cook que navegó hasta Tahití junto al astrónomo Charles Green a bordo del HSM Endeavour. La isla había sido descubierta apenas un año antes y para llegar a ella había que navegar miles de millas de un mar apenas navegado y sin una cartografía de referencia fiable.
La Royal Academy financió este viaje ya que un siglo después de que Halley estableciera el método para calcular la distancia al Sol, aun no se disponía de los datos precisos que permitieran realizar dicho cálculo. Tener una idea, aunque fuera aproximada, de la distancia a nuestra estrella no era un tema menor, dado que a partir de dicha distancia podrían averiguarse el resto de distancias del sistema solar. La clave estaba pues en Venus. No se podía dejar pasar la oportunidad.

Llegaron a las costas de Tahití seis semanas antes del acontecimiento para poder prepararse para la observación de forma adecuada. Tuvieron tiempo incluso de construir un pequeño fuerte –hoy lo llamaríamos observatorio– para proteger el material de observación de la población indígena.
Cook y Green tuvieron serias dificultades a la hora de precisar las mediciones de tiempo del segundo y tercer contacto debido al efecto de “gota negra”.  Se trata de un efecto óptico que produce una macha negra que parece unir el borde del planeta con el borde del disco solar cuando ambos están muy próximos y que hace difícil precisar con exactitud el momento en el que coinciden. A pesar de esta dificultad las mediciones realizadas por Cook y Green diferían en tan solo 6 segundos.
Dibujos del tránsito de James Cook en los que se puede apreciar el efecto de gota negra.
Este viaje de observación tiene un significado especial para los australianos ya que tras haber completado con éxito las observaciones programadas, James Cook abrió las órdenes selladas del Almirantazgo Británico en las que se le ordenaba la búsqueda del desconocido continente austral.  No llegó a encontrar las míticas tierras pero en su búsqueda encontró Nueva Zelanda y Nueva Gales del Sur, reclamándolas para la corona británica.

HMS Endeavour.
El Endeavour atracó en Yakarta durante un periodo de 10 semanas para realizar reparaciones. En dicho puerto 7 marineros fallecieron de malaria. Alarmado, Cook abandono Yakarta tan pronto como le fue posible, pero el daño ya estaba hecho. Finalmente el número de fallecidos ascendió a 46, incluyendo al propio astrónomo Charles Green.

En julio de 1771 Cook regresa a Inglaterra a bordo del navio Deal. La tripulación superviviente del Endeavour regresaba por fin tras circumnanvegar el planeta en un viaje épico.
La expedición de Cook a menudo ha sido comparada con una misión espacial en la que se ponían a prueba las más recientes teorías científicas, utilizando para ello los instrumentos punteros del momento desplazándose a través de un medio hostil en una nave vulnerable y sin apenas referencias de navegación. La travesía del Endeavour recuerda mucho a las misiones Apolo.


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