Si no se hace nada al respecto, el Telescopio Espacial
Hubble caerá a la Tierra en 2024.
A una distancia aproximada de 560 Km sobre la superficie de
nuestro planeta, el Hubble completa una órbita alrededor de la Tierra cada 97
minutos.
Telescopio Espacial Hubble. Crédito NASA |
Aunque, en general, se considera que el Hubble está en el
espacio, en realidad se encuentra en lo que se conoce como la termosfera, la
parte más extensa y menos densa de la atmósfera terrestre. La densidad en esta
zona es aproximadamente un millón de veces menor que a nivel del mar, sin
embargo, es suficiente para afectar a las órbitas de los satélites que operan dentro
de ella.
Cualquier satélite que se desplace dentro de la atmósfera
terrestre experimenta una resistencia pequeña pero significativa a medida que
avanza en este medio. Esta resistencia hace que su velocidad disminuya y por lo
tanto que la altitud de la órbita también decaiga. Si no se corrige
periódicamente, ya sea con el empuje de un propulsor propio o bien con la ayuda de la
lanzadera espacial de manera que recobre de nuevo su órbita, los satélites a
esta altitud están condenados a caer en la Tierra y a desintegrarse en su
atmósfera.
Muchos satélites tienen sus propios propulsores, y
generalmente su vida operativa viene determinada por la cantidad de combustible
que contienen y que les permite ir recuperando periódicamente su órbita. Sin
embargo, el Hubble o la Estación Espacial Internacional no disponen de dichos
sistemas de propulsión y necesitan de una ayuda externa que los recoloque en
órbita. Durante muchos años ha sido la lanzadera espacial la encargada de
realizar estas tareas de remolque.
Para complicar más la cosa, la cantidad de resistencia que
experimenta el Hubble en su órbita no es constante, va variando a lo largo de
los 11 años que dura el ciclo solar. A medida que el Sol se hace más activo, la
atmósfera de la Tierra se expande y se extiende en el espacio. Este fenómeno hace que aumente la densidad de
la zona a través de la que tiene que desplazarse el Hubble aumentando su
deceleración, disminuyendo su órbita y por lo tanto acortando su vida.
Desde que la NASA suspendió el programa de la lanzadera espacial
no se dispone de un sistema alternativo que garantice la supervivencia de este
tipo de satélites. Esto no significa que la NASA no tenga planes al respecto.
En la última misión de mantenimiento, los astronautas instalaron en la parte
posterior un anillo conocido como Mecanismo de Captura Suave. Este anillo
posibilitaría una futura misión robótica.
Mecanismo de captura suave. Crédito NASA |
Dado el enorme tamaño y peso del Hubble, en una hipotética
caída y reentrada en la atmósfera, no se desintegraría por completo. Esto
supone un peligro ya que los restos podrían caer sobre zonas pobladas.
Para garantizar una reentrada segura, la Misión Robótica de
Desorbitado del Hubble está construyendo una nave robótica diseñada para
acoplarse al anillo y guiar al Hubble hacia una trayectoria segura.
No están claros los detalles de cuando se lanzará esta
misión, una cosa es segura, con la cancelación del Programa de la Lanzadera
Espacial, no hay programada ninguna misión tripulada que lleve al Hubble a una
órbita superior, por lo que cualquier posibilidad de realizarlo pasaría por una
misión robótica.
Parece que se acercan los últimos días del instrumento
científico más importante construido por el hombre hasta la fecha. Si no se
hace nada al respecto, ese día llegará en 2024. Por el contrario, si existe
voluntad de hacer algo, aun queda tiempo suficiente para preparar una
alternativa.
El Telescopio Espacial Hubble ocupa el primer lugar de los
grandes telescopios espaciales. Ha hecho más que ninguno de ellos para que
podamos avanzar en la comprensión del lugar que ocupamos en el Universo y todo
ello a un coste mínimo comparado con otros presupuestos.
Todo indica que las leyes de la física ya han fijado la
fecha de la muerte del Hubble. ¿Seremos capaces de hacer algo para evitarlo?
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