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martes, 2 de octubre de 2012

Supernova Kepler


La muerte explosiva de estrellas masivas conocida como supernova, está entre los eventos más trascendentales en el cosmos porque gracias a ellas se esparcen por el espacio todos los elementos químicos que se producen en el interior de las estrellas que las desencadenan, incluyendo los elementos esenciales para la formación de planetas y para la propia vida. Una clase de supernova (tipo Ia) proporciona, además una gran ayuda a los investigadores. Este tipo de supernovas son utilizadas por los astrónomos como referencia para calcular las distancias de las galaxias remotas cuyas supernovas aparecen débiles debido a la enorme distancia. De esta manera se dispone de una herramienta de calibración de distancias cósmicas.

Imagen de los restos de la supernova Kepler tomada en tres longitudes de onda: visible (amarillo, Hubble), infrarojo (rojo, Spitzer) y rayos X (azul, Chandra). Los análisis de las imágenes en rayos X permien estimar la distancia al objeto en unos 21.000 años luz. Crédito: NASA Chandra/Spitzer/Hubble.
 
En octubre de 1604, se produjo una supernova en nuestra galaxia, la Vía Láctea, en la dirección de la constelación de Ofiuco. Su brillo fue tan grande que durante tres semanas fue visible incluso de día. JohannesKepler comenzó a observarla después de la primera semana, y posteriormente escribió un libro sobre el evento. Desde entonces, no se ha visto ninguna otra supernova en nuestra galaxia, aunque se han observado muchas otras en otras galaxias. La supernova de Kepler (como se la denomina a veces) resultó ser una supernova de tipo Ia, y debido a su proximidad es la referencia principal en la calibración de la distancia estándar. Irónicamente,  no se conoce realmente la distancia exacta de la supernova de Kepler. Se han realizado diversas estimaciones que oscilan entre diez  y veintiún mil años luz. 

Astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian han dado un paso importante en la búsqueda de esta distancia. Afirman que los restos  de la supernova Kepler tienen otra característica. A diferencia de la mayoría otros restos como los de las supernovas tipo 1a, los restos de la supernova de Kepler muestran claros signos de que la onda de choque explosiva encontró una densa cáscara circumestelar. Este grupo de científicos han utilizado el Observatorio de rayos x Chandra para observar el espectro de emisión de átomos de hierro en el gas caliente y modelardos como derivados de la eyección de supernova y del material alcanzado por la onda de choque. De las mediciones del tamaño, la fuerza y detalles de la emisión, concluyen que el remanente es probablemente mayor de unos 21 mil años luz, aunque se necesitan investigaciones adicionales para fortalecer estas conclusiones. Después de años de 407 de investigación científica, los nuevos resultados finalmente ayudan a clarificar nuestra comprensión de este espectáculo dramático.


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