La explosión estelar conocida como supernova de tipo Ia
juega un importante papel a la hora de intentar medir el universo y ha sido
utilizada en la búsqueda de la energía oscura.
El brillo de este tipo de supernovas tiene dos características, por un lado es muy intenso por lo que pueden
verse a grandes distancias y por otro lado este brillo es tan similar que se
utiliza como patrón de referencia. El descubrimiento de la aceleración del
universo mediante el uso de supernovas del tipo Ia recibió el Premio Novel de
Física en 2011. Sin embargo los
astrónomos aún no saben qué tipo de estrellas producen las supernovas del tipo
Ia.
Restos de una supernova observada por Tycho Brahe en 1572, de quien resibe su nombre. Crédito de la imágen: X-ray: NASA/CXC/Rutgers/K.Eriksen et al.; Optical: DSS |
Existen dos modelos que explican el posible origen de este
tipo de supernovas, cada uno de ellos apoyado por diferentes estudios. Los
hallazgos más recientes muestran que ambos modelos son correctos. Alguna de
estas supernovas se forma de una manera y otras se forman de otra
distinta. Los estudios previos ha dado
resultados que entran en conflicto, pero este conflicto desaparece si se asume
que existen dos tipos de explosiones.
Se sabe que las supernovas tipo Ia tienen su origen en las
enanas blancas, el núcleo denso que queda tras la muerte de una estrella. En uno de los modelos que explican el origen
de las supernovas, la enana blanca obtiene materia de una estrella cercana,
mediante su enorme tirón gravitatorio, hasta que su masa alcanza el punto en el que se
inician las reacciones nucleares que producen su explosión. En el otro modelo, la explosión la se produce
tras la fusión de dos enanas blancas.
Mientras que en el primer modelo debe existir gas procedente de la
estrella cercana a la enana blanca, en el segundo modelo no debe haber gas.
Un grupo de investigadores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian han realizado un estudio en busca de trazas de gas en torno
a supernovas de tipo Ia, que debería hallarse únicamente en los sistemas
generados por una enana blanca más una estrella acompañante. Los datos muestran que los sistemas con gas
producen explosiones más grandes, sin embargo sólo una fracción de supernovas
muestra evidencias de gas, el resto parecen proceder de sistemas de dos enanas
blancas.
Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para las
mediciones de la energía oscura y de la expansión de universo. Si realmente hay dos mecanismos distintos que
producen estas supernovas, los dos tipos deben ser considerados por separado a
la hora de calcular las distancias y las tasas de expansión del universo.
Por otro lado estos hallazgos llevan a una interesante
pregunta. Si existen dos mecanismos distintos que producen estas supernovas,
¿Porqué su brillo es tan homogéneo que puede ser utilizado como estándar de
referencia?
El artículo que describe la investigación será
publicado en la revista Astrophysical
Journal y está disponible on-line.
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