¿Procede Sedna de un robo entre estrellas?
La sonda New Horizons
está haciendo honor a su nombre y, tras su reciente visita a Plutón, se dirige
hacia el Cinturón de Kuiper empujando nuestra última frontera hacia las regiones más alejadas y desconocidas de nuestro Sistema Solar, como ya hicieron en su día las sondas
Voyager 1 y 2. En las vastas extensiones comprendidas entre el Cinturón de Kuiper y la Nube de Oort se están descubriendo objetos con características
orbitales similares. Entre dichos objetos destaca Sedna, descubierto en 2003.
Sedna es un objeto transneptuniano cuya órbita es
excepcionalmente grande y elongada. Su perihelio se sitúa a 76 UA del Sol y su
afelio a 960 UA, tardando un total de 11400 años en completarla.
Hasta la fecha han sido descubiertos más de una docena de
estos objetos, difíciles de encuadrar en la actual taxonomía del Sistema Solar
y a los que se conoce como Sednitos. Sus órbitas presentan un perihelio
superior a 30 UA, y por lo tanto situado más allá de los límites internos del Cinturón de
Kuiper y un afelio que ni siquiera se acerca a las zonas más próximas de la
Nube de Oort, lo que hace que se especule sobre su origen. Las similares características
orbitales de estos objetos pueden indicar un origen común.
Los astrónomos Lucie Jílkova y Simón Portegies Zwart, del
Observatorio Leiden, junto son sus colaboradores, investigan el origen de Sedna.
Las simulaciones que han realizado indican que nuestro sol habría podido
sustraer este objeto de de una estrella cercana. En el trabajo
remitido al Monthly Notices of the Royal
Astronomical Society, este grupo de investigadores afirma que dicha
estrella debería haber tenido una masa un 80% mayor que nuestro sol y que
habría tenido que pasar a una distancia de 340 UA, unas 7,5 veces mayor que la
que hay entre el Sol y Neptuno. Dicha proximidad significaría que ambas
estrellas pertenecerían al mismo grupo o cúmulo. El enorme tamaño de la hipotética estrella la
habría llevado a su extinción hace mucho tiempo, por lo que en la
actualidad sería una débil enana blanca.
Los datos obtenidos es esta simulación vendrían a apoyar la
hipótesis de “rapto estelar” postulada por el astrónomo Scott Kenyon, del
Centro Smithsoniano de Astrofísica de Harvard.
Por otro lado, uno de los tres descubridores de Sedna, Mike
Brown, del Instituto Tecnológico de California, sostiene que, con toda
probabilidad, Sedna nació dentro del sistema solar y que fue la fuerza
gravitatoria de sus planetas quien le envió a su actual emplazamiento.
Aunque esta última hipótesis ofrece una explicación más
sencilla y por lo tanto más verosímil según lo establecido por la navaja de Occam,
futuras investigaciones aclararán el origen de estos objetos y por lo tanto
culparán o exoneraran al Sol del supuesto rapto.
Referencia de trabajo publicado http://arxiv.org/abs/1506.03105
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