Amigo lector,

Amigo lector,

Bienvenido a este blog dedicado a la Astronomía y a la Astrofotografía, dos de mis grandes pasiones. Aquí podrás encontrar las noticias más recientes relacionadas con la Astronomía , así como mis últimos trabajos en fotografía astronómica. Quiero dedicar esta bitácora a la memoria de Carl Sagan, gran científico y excelente divulgador. Gracias a él varias generaciones de lectores y telespectadores se interesaron por la Astronomía en todo el mundo, hizo asequible a todos los públicos los conocimientos de la época sobre el cosmos y transmitió su pasión por la ciencia y el respeto al método científico.

______________________________________________________________________________________________________Jesús Canive

lunes, 28 de mayo de 2012

Cuanto más viejos, menos sabemos (Cosmológicamente hablando)

El universo es un lugar complejo y maravilloso, repleto de galaxias y de estructuras de mayor escala, que ha evolucionado durante los 13.700 millones de años que tiene su historia. Dichas estructuras comenzaron como pequeñas perturbaciones de la materia que crecieron con el tiempo como ondas en un estanque, a medida que el universo se expandía.  Observando las arrugas cósmicas de gran escala podemos saber de las condiciones tempranas del universo. Pero ¿Es este el mejor momento para observarlo o tendremos mejor información dentro de miles de millones de años en el futuro, o quizás las tuvimos en el pasado?

Los cálculos realizados por Abaham Loeb de la Universidad de Harvard, muestran que el momento ideal para estudiar el cosmos fue hace más de 13.000 millones de años, justo unos 500 millones de años después del Big Bang, Cuanto más nos desplacemos hacia el futuro desde ese momento, más información perderemos acerca del universo temprano.




El mejor momento para observar el cosmos viene definido por dos procesos antagónicos. En el joven universo el horizonte cósmico está más cercano por lo que se puede ver menos espacio. A medida que el universo envejece, se puede ver más de él porque ha habido más tiempo para que llegue la luz desde las regiones más lejanas. Sin embargo, en el universo más viejo y evolucionado, la materia colapsa formando objetos con sujeción gravitacional. Esto “enturbia las aguas” del estanque cósmico, ya que se pierde información de las condiciones iniciales de las pequeñas escalas. Los dos efectos son antagónicos, el primero mejora a medida que el segundo empeora.

Loeb, tras cuestionarse cuándo se dieron las condiciones óptimas para la observación, ha averiguado que este momento se dio 500 millones de años después del Big Bang.

Esta fue también la era en la que empezaron a formarse las primeras estrellas y las primeras galaxias. Esta coincidencia no es azarosa, ya que la información del universo temprano se pierde cuando se forman las primeras galaxias. El mejor momento para observar las perturbaciones cósmicas es justo cuando empiezan a formarse las primeras estrellas.

Pero no es demasiado tarde. Los observadores modernos todavía pueden acceder a esta era naciente investigando las emisiones de radio de 21 cm del hidrógeno de aquella época temprana.  A estas ondas de radio les ha llevado más de 13.000 millones de años llegar hasta nosotros, de manera que todavía podemos ver el aspecto que tenía entonces el universo.

La aceleración en la expansión de universo oscurece la imagen para los futuros cosmólogos. Dado que la expansión de universo se acelera, las galaxias se desplazarán más allá de nuestro horizonte. La luz que surja de esas galaxias lejanas nunca alcanzará la Tierra en el futuro. Además, la escala de las estructuras no sujetas gravitacionalmente está creciendo cada vez más.  Llegará un momento en que también sobrepasen el horizonte.  En algún momento entre 10 y 100 veces la edad del universo actual, los cosmólogos ya no podrán observarlas.

Esta investigación ha sido publicada en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics (JCAP) y está disponible online.


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martes, 22 de mayo de 2012

El tránsito de Venus

Desde la perspectiva de la Tierra, el próximo 5 de junio de 2012 Venus cruzará el disco solar, produciendo una silueta que nadie que pueda observarla ese día podrá volver a hacerlo ya que el próximo tránsito solar de Venus se producirá en el año 2117.
 
Tránsito de Venus de 2004. Crédito de la imágen: Frans Snik, Dutch Open Telescope, La Palma, Islas Canarias.


Los tránsitos de Venus son poco frecuentes, se producen en pares relativamente próximos entre sí y separados del siguiente par más de cien años. Este próximo tránsito está asociado al producido en 2004. Afortunadamente, a pesar de su rareza, este fenómeno puede ser observado en prácticamente  todo el planeta.
El tránsito tendrá una duración aproximada de 7 horas comenzando a las 22:09 (UT) del día 5 de junio. Dada la hora de inicio, la posición más favorable para su observación se sitúa en centro del Océano Pacífico. En el continente americano la mejor hora para observarlo será al atardecer, mientras que en Europa será al amanecer. En España se verá la fase final del fenómeno que podrá observarse a primera hora de la mañana en Baleares, Cataluña y parte de Aragón y Navarra.
ATENCION: Siempre que se observe el Sol es necesario el uso de filtros especiales para evitar importantes daños oculares. El uso de telescopios o prismáticos sin protección aumenta dichos daños.
Fue en el siglo 18 cuando se empezó a prestar atención a los tránsitos de Venus. En aquella época se desconocía por completo el tamaño del sistema solar. Se conocía la separación relativa entre planetas pero no se sabía la magnitud exacta de dichas distancias. El astrónomo Edmund Halley se dio cuenta de que si se observaba el tránsito de Venus desde dos lugares en la Tierra separados por una distancia considerable, sería posible triangular la distancia hasta Venus utilizando el sistema de paralaje.



Esta idea hizo que se organizaran expediciones por todo el mundo para ver dos tránsitos en la década de 1760. El propio James Cook participó de una de estas expediciones realizando observaciones desde Tahití. Algunos historiadores han denominado a este esfuerzo internacional como “El Programa Apolo del Siglo XVIII”.
Sin embargo los resultados no se ajustaron a las expectativas. Una combinación de mal tiempo, ópticas poco avanzadas y el aspecto nebuloso de la atmósfera de Venus que no permite que se defina bien su silueta, impidieron que se consiguieran los datos necesarios. Habría que esperar hasta la invención de la fotografía en el siglo siguiente para obtenerlos.
La tecnología de que disponemos en el Siglo XXI permitirá obtener datos y fotografías sin precedentes incluso por Astrónomos amateur.  La simple observación del fenómeno está al alcance de millones de personas que no necesitarán otra cosa que una protección adecuada.

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lunes, 21 de mayo de 2012

Acercamiento a Dione

Crédito de la imagen: Cassini Imaging Team, ISS, JPL, ESA, NASA 

En junio del pasado año la nave espacial Cassini realizó la que es hasta la fecha su mayor aproximación a Dione, uno de los satélites de Saturno.  De las impresionantes imágenes obtenidas puede destacarse esta que publica hoy la NASA como astrofotografía del día (APOD).  En ella podemos observar, además de la superficie de Dione, otros dos pequeños satélites, Epimeteo y Prometeo. La imagen fue tomada a 100.000 km de distancia.

Descubierta en 1684 por Giovanni Cassini, Dione tiene tan sólo 1100 km de diámetro y sus dos hemisferios muestran distintos grados de craterización.  Alguno de sus cráteres tiene hasta 100 km de diámetro. Recientemente se ha descubierto que Dione está expulsando chorros de partículas al espacio, lo cual indica cierta actividad geológica.

Epimeteo, con un radio de 115 km. comparte órbita con Jano, por su parte Prometeo tiene unas dimensiones de 148 x 100 x 68 km y su órbita se sitúa en el límite inferior del anillo F.


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domingo, 13 de mayo de 2012

Un tipo de supernova, dos orígenes distintos



La explosión estelar conocida como supernova de tipo Ia juega un importante papel a la hora de intentar medir el universo y ha sido utilizada en la búsqueda de la energía oscura.  El brillo de este tipo de supernovas tiene dos características,  por un lado es muy intenso por lo que pueden verse a grandes distancias y por otro lado este brillo es tan similar que se utiliza como patrón de referencia. El descubrimiento de la aceleración del universo mediante el uso de supernovas del tipo Ia recibió el Premio Novel de Física en 2011.  Sin embargo los astrónomos aún no saben qué tipo de estrellas producen las supernovas del tipo Ia.

Restos de una supernova observada por Tycho Brahe en 1572, de quien resibe su nombre. Crédito de la imágen: X-ray: NASA/CXC/Rutgers/K.Eriksen et al.; Optical: DSS

Existen dos modelos que explican el posible origen de este tipo de supernovas, cada uno de ellos apoyado por diferentes estudios. Los hallazgos más recientes muestran que ambos modelos son correctos. Alguna de estas supernovas se forma de una manera y otras se forman de otra distinta.  Los estudios previos ha dado resultados que entran en conflicto, pero este conflicto desaparece si se asume que existen dos tipos de explosiones.

Se sabe que las supernovas tipo Ia tienen su origen en las enanas blancas, el núcleo denso que queda tras la muerte de una estrella.  En uno de los modelos que explican el origen de las supernovas, la enana blanca obtiene materia de una estrella cercana, mediante su enorme tirón gravitatorio, hasta que su masa alcanza el punto en el que se inician las reacciones nucleares que producen su explosión.  En el otro modelo, la explosión la se produce tras la fusión de dos enanas blancas.  Mientras que en el primer modelo debe existir gas procedente de la estrella cercana a la enana blanca, en el segundo modelo no debe haber gas.

Un grupo de investigadores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian han realizado un estudio en busca de trazas de gas en torno a supernovas de tipo Ia, que debería hallarse únicamente en los sistemas generados por una enana blanca más una estrella acompañante.  Los datos muestran que los sistemas con gas producen explosiones más grandes, sin embargo sólo una fracción de supernovas muestra evidencias de gas, el resto parecen proceder de sistemas de dos enanas blancas.

Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para las mediciones de la energía oscura y de la expansión de universo.  Si realmente hay dos mecanismos distintos que producen estas supernovas, los dos tipos deben ser considerados por separado a la hora de calcular las distancias y las tasas de expansión del universo.

Por otro lado estos hallazgos llevan a una interesante pregunta. Si existen dos mecanismos distintos que producen estas supernovas, ¿Porqué su brillo es tan homogéneo que puede ser utilizado como estándar de referencia? 

El artículo que describe la investigación será publicado  en la revista Astrophysical Journal y está disponible on-line


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