El 26 de abril de 2011 Zhangwei Jin y Xing Gao descubrieron
una supernova en la galaxia NGC 3972. Su magnitud se sitúa alrededor de 12,5
por lo que es visible por muchos telescopios de aficionado. Situada en la constelación de la Osa Mayor,
se encuentra a una distancia de 46 millones de años luz de nosotros.
En la imagen amablemente cedida por mi amigo RafaelFerrando, puede apreciarse la enorme magnitud de la explosión al comparar el
brillo aparente de la supernova con el de la galaxia en la que se encuentra.
Una supernova es una estrella de gran masa que al agotar el
combustible al final de su vida, pierde el equilibrio entre la energía generada
por la combustión (fuerza de expansión) y la gravedad debida a su masa (fuerza
de compresión). Este desequilibrio provoca la contracción repentina de la
estrella generando con ello de forma violenta una gran energía que podemos ver
en forma de súbito cambio de brillo que tendrá una duración de algunos meses o
días. Existen otros mecanismos físicos que pueden generar este tipo de
fenómenos como fusión de estrellas binarias en la que una de las componentes es
una de tipo enana blanca.
La teoría más aceptada con respecto a este tipo de
supernovas sugiere que son el resultado de la acreción de masa por parte de una
enana blanca de carbono-oxígeno desde una estrella compañera, generalmente una
gigante roja. Esto puede suceder en sistemas estelares binarios muy cercanos.
El material tiene que depositarse con la suficiente rapidez para que no se
encienda la capa superficial de hidrógeno (si esto ocurre, el fenómeno se
conoce como nova). Si el ritmo de acreción es el adecuado, la masa de la enana
blanca pronto alcanza el límite de Chandrasekhar, momento en el cual los
electrones degenerados ya no son capaces de sostener el objeto. El aumento de
presión resulta en el colapso de la estrella, cuyas temperaturas se disparan
hasta llegar a iniciar la fusión del carbono en su núcleo. Esta ignición
alcanza toda la estrella, empezando en su centro y extendiéndose rápidamente
hasta las capas más externas. Durante la detonación se quema, en cuestión de
segundos, una cantidad de carbono que a una estrella normal le llevaría siglos.
Esta enorme energía libera una poderosa onda de choque que destruye la
estrella, expulsando toda su masa a velocidades de alrededor de 10.000 km/s. La
energía liberada en la explosión también causa un aumento extremo en la
luminosidad, por lo que estas supernovas llegan a ser las más luminosas de
todas.
Formación de una supernova a partir de dos estrellas binarias. |
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