Un análisis químico de las rocas lunares cuestiona la teoría principal sobre la formación de la Luna según la cual el satélite nació cuando un cuerpo del tamaño de Marte chocó con la Tierra hace unos 4.500 millones de años.
Si ese fuera el caso, la Luna debería tener la firma química tanto de la Tierra como del supuesto objeto del impacto. Pero un estudio publicado en Nature Geoscience sugiere que la composición isotópica de la Luna refleja la única aportación de la Tierra.
Foto: APOD/NASA |
Un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago ha utilizado un espectrómetro de masas para hacer la medición más precisa hasta ahora de la abundancia relativa de titanio-50 y titanio-47 en las rocas de la Luna recogidas por las misiones Apolo en los años 70. Los autores informan que la proporción de los dos isótopos en la Luna es idéntica a la que se encuentra en el manto de la Tierra.
Esto supone un enigma para el modelo de formación lunar, porque cualquier cuerpo del tamaño de Marte que pudiera haber chocado contra la Tierra se supone que hubiera tenido una composición química distinta. Los estudios de meteoritos muestran una abundancia isotópica de titanio que se desvía del valor terrestre en 600 partes por millón. Dado que las simulaciones del violento choque sugieren que el segundo cuerpo contribuyó en más de un 40% a la masa de la Luna, la relación isotópica lunar no debería ser tan próxima a la de la Tierra.
Estos hallazgos no suponen el primer desafío que ha sufrido la teoría más aceptada sobre la formación de nuestro satélite. Los investigadores han sabido durante mucho tiempo que la relación isotópica del oxígeno en las rocas de la Luna tiene la misma firma que el manto de la Tierra. Pero dado que el oxígeno se pudo evaporar fácilmente en la colisión, se podría haber producido un intercambio entre la Tierra y la nube de vapor y magma producida por el impacto, permitiendo que ambos cuerpos alcanzaran la misma cantidad isotópica. El titanio por el contrario, no se volatiliza tan fácilmente y habría sido más difícil, aunque no imposible, que ambos cuerpos hubieran llegado a la misma proporción.
Otros modelos dignos de ser tenidos en cuenta, incluyen el modelo de fisión, conforme al cual la Luna se habría desprendido del manto de la Tierra, cuando la fuerza centrífuga del planeta hubiera sobrepasado su fuerza gravitacional en las fases iniciales de formación.
El grupo de investigación considera que aunque el modelo de colisión puede necesitar revisión, no debe ser descartado. Se ha modelado una colisión entre la Tierra y un protoplaneta con un tamaño de aproximadamente dos veces la masa de Marte, más pesado que el anteriormente considerado. Un segundo cuerpo más masivo habría alterado sustancialmente la composición isotópica original de la Tierra, llevando a la formación de una Luna y una Tierra en evolución que serían más similares que en simulaciones anteriores.
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